Gijón 1885: Subversivos muy poco clandestinos

Calle San BernardoDurante los años de la dictadura fui lo que la policía política llamaba un “elemento subversivo”. Aunque los que actuábamos en las Comisiones Obreras lo hacíamos a cara descubierta en las fábricas y empresas -no es posible hacer sindicalismo de otra manera- si manteníamos un importante grado de clandestinidad en otro tipo de actividades, por ejemplo era esencial que la policía y sus confidentes no conociera donde y cuando nos reuníamos. Mi maestro en estas artes fue Ángel León Camblor, combatiente en la Revolución del 34, en la guerra civil y en la Resistencia francesa.

Parece que los conspiradores gijoneses del siglo XIX no tuvieron tan buen instructor… ¡Hasta la prensa se hacía eco de sus reuniones!

“No estaría de más que las autoridades investigaran ciertas reuniones clandestinas que, con fines políticos subversivos y aprovechando el reciente fallecimiento de nuestro joven y querido Rey, es están llevando a cabo en una casa de la calle San Bernardo.”

(Diario El Comercio, 1885)

 

Escrito bajo los efectos de una mezcla de antiinflamatorios, calmantes y relajantes musculares ¡¡¡ Puta artrosis!!!

Published in: on 08/11/2010 at 7:24 PM  Comments (2)  
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Entre lo malo y lo peor

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Las recientes declaraciones de Mariano Rajoy al diario “El País” han dado oxigeno a un PSOE que se sentía asfixiado. Denuncian al presidente del PP como el liquidador del estado del bienestar, cosa que es cierta, y se presentan ellos mismos como los defensores de ese modelo, cosa que es falsa.

El Estado del Bienestar parte del reconocimiento de un hecho: Vivimos en una sociedad injusta, una sociedad en la que los poderes económicos son mucho más fuertes y tienen muchos más recursos para defender sus intereses que el resto de los ciudadanos. Este desequilibrio trata de corregirse con una legislación que proteja a los más débiles y con una política fiscal que tenga como finalidad una cierta redistribución de la renta, que pague más quien más tiene para que reciba más quien menos tiene.

Zapatero asumió y aplicó la política económica que le dictaron los poderes financieros (nuevos Señores del Universo) y sus representantes políticos en la UE, desde ese momento se alineo con los que quieren acabar con Estado del Bienestar, un modelo que en España solamente se estaba iniciando. Es cierto que Rajoy quiere llegar todavía más allá, pero ni el uno ni el otro son la solución que la mayoría de los ciudadanos necesitamos.

Me niego a elegir entre lo malo y lo peor, pero tampoco me voy a quedar sentado a la puerta de mi casa esperando ver pasar el cadáver de mi enemigo.

Published in: on 01/11/2010 at 1:01 PM  Comments (2)  
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¡Hasta siempre, compañero!

Published in: on 29/10/2010 at 4:20 PM  Comments (1)  
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Los “abogados laboralistas”, unos artífices de la lucha por la democracia completamente olvidados

imaxe-elabrazo-juangenoves- Ayer participé en la mesa de presentación del libro "Materiales para el estudio de la abogacía antifranquista". Para la ocasión Benjamín Gutiérrez (director de la Fundación Juan Muñiz Zapico) y yo preparamos una intervención escrita que luego, fiel a mi ancestral costumbre de improvisar, terminé no leyendo.

Este es el pequeño trabajo que, vía correo electrónico, ambos habíamos elaborado:

 

En primer lugar quiero agradecer a la Fundación Abogados de Atocha la invitación a CCOO de Asturias para participar en la presentación de este trabajo. Estamos ante una obra de referencia que reconoce y recupera una parte fundamental de nuestra historia como sociedad y como sindicato. En momentos como el actual, cuando el papel del sindicalismo es puesto en duda y hasta los propios sindicatos son hostigados y difamado, es necesario recordar y poner en valor a quienes, como los abogados y abogadas laboralistas, jugaron un papel crucial enfrentándose a la dictadura franquista. Más que nunca, hay que reivindicar la historia de la lucha por la libertad, haciendo frente a los que reescriben aquellos años de manera interesada, y de ahí la importancia de este libro, que supone tanto un instrumento para acabar con el revisionismo histórico como una clave imprescindible para el conocimiento de la labor, el compromiso y el ejemplo de los abogados y abogadas laboralistas contra la Dictadura y por la Democracia.

En los años 50 la Dictadura Franquista, tanto como consecuencia de la presión interna como de la necesidad de buscar una cierta homologación internacional, se ve obligada a hacer algunas concesiones en el ámbito laboral. En 1953 se aprueba el reglamento de los Jurados de Empresa y Enlaces Sindicales. En 1958 se aprueba la Ley de Convenios Colectivos y en el mismo año se aprueba la Ley de Procedimiento Laboral que permite elegir abogado ante Magistratura de Trabajo.

Las “reformas” que el Régimen se ve obligado a conceder son transformadas por las Comisiones Obreras en armas para luchar por mejorar las condiciones de trabajo y de vida de los trabajadores y trabajadoras así como para combatir a la propia dictadura. Esta actuación respondía a la táctica que las CC.OO. y el PCE habían establecido hacía tiempo: Convertir cualquier fisura del franquismo en una brecha. La huelgas mineras de 1962 y 1963 son buen ejemplo de la capacidad del movimiento obrero para poner en jaque al Franquismo y debilitar su legitimidad interna y externa. Pero dentro de la estrategia de luchar desde dentro de las fábricas, se necesitaba de recursos y conocimientos jurídicos. Es aquí donde aparecen unos abogados, casi siempre jóvenes, dispuestos a poner sus conocimientos al servicio de los trabajadores y de la lucha por las libertades. Se trata de personas que realizan esa labor en un acto de generosidad y entrega que nada tiene que ver con la promoción profesional, más bien todo lo contrario, ni con la obtención de beneficios económicos, también todo lo contrario.

Los “abogados laboralistas” se organizan en despachos que funcionan de manera cooperativa, en la mayoría de los casos están vinculados al Partido Comunista, a movimientos cristianos y otras organizaciones de izquierda, han formado parte de un activo movimiento estudiantil y siempre están unidos por su compromiso con los trabajadores y trabajadoras. Estos despachos son mucho más que centros de asesoramiento legal individual y colectivo, también son lugares de reunión, coordinación y captación de nuevos militantes obreros. En la mayoría de los casos son centros de actividad de las clandestinas Comisiones Obreras.

A lo largo de los años sesenta y setenta se desarrollo una labor muy importante por parte de este reducido grupo de abogados y abogadas laboralistas que ejercieron un papel fundamental en la defensa de los trabajadores y trabajadoras de nuestro país y como parte activa en la oposición a la Dictadura. Son parte esencial en el desarrollo de las reivindicaciones y movilizaciones obreras así como en el afianzamiento de las Comisiones Obreras, asesorando en la negociación colectiva y jugando un importante papel en la formación sindical. Su labor en las Magistraturas, su trabajo asesor y vertebrador, convirtieron aquellos bufetes en espacios para la lucha por la libertad. Este compromiso les llevo a ejercer ante el Tribunal de Orden Publico, a poner en juego sus carreras y seguridad personal en defensa de los presos políticos y represaliados de la Dictadura. Sufrieron persecución y cárcel e incluso la muerte, como el 24 de enero de 1977 en Atocha.

En estos tiempos en los que lo individual se antepone a lo colectivo y la obtención del beneficio económico prima sobre casi todo, es necesario y obligado recordar y reconocer la labor de estos hombres y mujeres que, movidos solamente por su compromiso con la justicia, contribuyeron a la conquista de los derechos de los trabajadores y de las libertades en España.

Lenin en Gijón

La Procesión- Evaristo Valle En otra entrada de este blog ya he comentado que, al menos en tiempos pasados, la mayoría de los habitantes de Gijón no eran muy amigos de frailes, curas y monjas.

Quizás fuera esa falta de respeto por lo sacro lo que llevara a Evaristo Valle a situar entre los asistentes a la procesión de la Virgen de Los Remedios en Cimadevilla a Vladimir Ilich Ulianov, más conocido como Lenin. Parece ser que Valle había conocido a Lenin durante su estancia en París e incluso había jugado al ajedrez con el líder revolucionario en varias ocasiones.

Por cierto, ¿cuántas ciudades del mundo pueden presumir de contar con pruebas documentales que demuestren que Lenin asistió a una de su procesión? Me temo que ni tan siquiera la República de Parapanda, tan dignamente presidida por Pepe Luís López Bulla, puede hacer gala de tamaño acontecimiento.

NOTA: El cuadro de Evaristo Valle “La procesión”, perteneciente al fondo de Pedro Masavéu, se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Asturias.

Published in: on 14/10/2010 at 12:49 PM  Comments (3)  
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La huelga general y un termo de café con gotas

Gerardo, García Salve y AlberdiEntre las diferentes posturas que se adoptaron ante la huelga general del 29 de Septiembre la que más me ha llamado la atención es la aquellos que, independientemente de cualquier valoración de la acción, decían que no iban a parar para no perder un día de salario. Esta actitud, a todas luces insolidaria, me ha traído a la memoria muchos actos de signo contrario que yo viví.

En Febrero de 1975 estaba detenido en la Comisaría de Gijón. Un Policía Armada de servicio en los calabozos me dijo: “Te han traído un termo con café ¿quieres tomarlo? Creo que tiene gotas…”. Al salir de la celda y, conveniente vigilado, tomar el café me di cuenta de que aquel líquido no era café con gotas de coñac, sino coñac con gotas de café. Yo sabía que el brebaje destinado a levantarme los ánimos venía de “Casa Florín”, un bar del barrio de El Coto que era lugar de encuentro del rojerío local, también sabía que era su forma de decirme: ¡No estas solo, estamos contigo!

En el mes de Abril de 1973 acababa de salir de la cárcel. Una noche llamaron al timbre de mi casa, a través de la mirilla vi a alguien meterse apresuradamente en el ascensor, después de comprobar que no había “sociales en la costa” abrí la puerta y me encontré con una bolsa que contenía arroz, aceite, garbanzos, lentejas, tocino, chorizo… Por los envoltorios supe que estaban comprados en el economato de la empresa de la que estaba despedido, pero además había una nota, una nota que decía “GRACIAS”; el que había dejado la bolsa a la puerta de mi casa no trataba de hacerme un favor, consideraba que tenía en deuda conmigo. Nunca supe quien tuvo ese gesto, pero estoy seguro de que fue alguno de los que años más tarde continuaron una huelga, después de conseguir una importante subida salarial, hasta lograr que fuéramos readmitidos todos los despedidos.

Ya sé que estas son historias antiguas, ya sé que este país ha cambiado mucho… pero no estoy seguro que todos los cambios hayan sido para bien.

NOTA: En la foto, tomada a la puerta de “Casa Florín”, estamos Gerardo Iglesias, García Salve (El cura Paco) y yo mismo.

Published in: on 03/10/2010 at 5:04 PM  Comments (4)  
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Que no, que no, paloma, no, que así que no trabajo yo

Pozo Samuño. Ciaño. Langreo. Según se acercaba la huelga general iba aumentado mi cabreo, creí que ya había leído y escuchado todo pero hoy, víspera del 29-S, la cosa todavía fue a más.

Esta mañana moví el dial de la radio de tertulia en tertulia y confirmé mi sospecha: ¡estamos ante la mayor ofensiva antisindical de la etapa democrática de este país! Para algunos los sindicalistas somos unos delincuentes, para otros unos aprovechados y para casi todos unos retrógrados que nos oponemos a la “modernización” de la economía.

Según la mayoría de estos “gurús mediáticos” la huelga es algo del pasado, del siglo XIX. Uno de ellos se preguntaba, sin que nadie le replicase, por el sentido de la huelga en unos tiempos en que mucha gente trabaja desde su casa y gran parte de las tareas en la fábricas las hacen los robots (!). Pero ¿en qué país creen ustedes que viven? O es que, ustedes tan listos, se creen todo que les cuentan…

No señores, no, ustedes son los retrógrados. Ustedes, al asumir y defender que la modernidad exige la liquidación de los avances y conquistas sociales, que la economía, con su “autorregulación”, es algo que se escapa a cualquier acción humana, están volviendo, no al siglo XIX sino al XVIII, a las teorías económicas del inicio de la era industrial.

 

Published in: on 28/09/2010 at 12:10 PM  Comments (5)  
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En defensa del sindicalismo

Asamblea de Barcelona

Como analistas universitarios en el ámbito de la Sociología del Trabajo y de las Relaciones Laborales, asistimos con preocupación a una campaña sistemática de deslegitimación del sindicalismo por parte de una derecha política y mediática que, si hasta hace poco impugnaba su estrategia dialogante y negociadora, tildándola de pactista y domesticada, ahora eleva el tono contra sus convocatorias reivindicativas y movilizadoras.

No se trata, lamentablemente, de reflexiones o propuestas sobre los efectos de la crisis económica y el cambio ocupacional en el mercado de trabajo, las relaciones laborales y los agentes que participan en las mismas; ni de una evaluación crítica de sus resultados, identificación de sus límites y elaboración de alternativas; sino de un discurso descalificador que, más allá de su sesgo ideológico y formas desabridas, apunta contra las bases mismas de la legitimidad constitucional de los sindicatos y sus funciones de regulación y defensa de los asalariados, en el marco de unas relaciones laborales asimétricas.

La combinación de viejos resabios reaccionarios con el doctrinarismo neocon genera una imagen distorsionada del sindicalismo real, caricaturizado como anacrónico, disfuncional, no representativo y muy alejado de sus homónimos europeos. Se trata de justificar así iniciativas y prácticas orientadas a reducir derechos y ampliar desigualdades sociales.

La realidad del moderno sindicalismo es, sin embargo, mucho más compleja y su análisis riguroso nos permite constatar tanto sus dificultades para la agregación e intermediación de intereses de una clase trabajadora cada vez más fragmentada y plural, como el importante proceso de renovación de sus estructuras, estrategias y programas de intervención que la mayoría de las instituciones europeas, e incluso de los empresarios, valoran positivamente.

A nivel europeo, sus casi 60 millones de afiliados, hacen del sindical el mayor movimiento organizado de la UE-27, cuyo protagonismo en la construcción y defensa del modelo social ha sido y sigue siendo decisivo, como reconocen todas las instancias comunitarias.

Según los últimos informes oficiales de la Comisión Europea, la tasa media de afiliación sindical es del 25,1%, porcentaje que se dobla a través de la representación electoral en los centros de trabajo y triplica por la cobertura de la negociación colectiva.

Cabe destacar, a este respecto, la existencia de una significativa correlación positiva entre los niveles de sindicalización y los de competitividad económica y cohesión social, como demuestra el caso de los países escandinavos, cuyo alto nivel de desarrollo tecnológico y productivo se corresponde con tasas de afiliación superiores al 70% y una participación sindical consolidada, tanto a nivel empresarial como institucional. Y es que, definitivamente, un sindicalismo fuerte no resta, suma.

Pese a su tardío reconocimiento legal (artículo 7 de la Constitución de 1978), el sindicalismo español ha realizado importantes aportaciones al desarrollo democrático, socioeconómico e institucional de nuestro país, habiendo experimentado en las dos últimas décadas una notable expansión cuantitativa y renovación cualitativa, con la consiguiente convergencia con los principales indicadores comunitarios en la materia: desde 1990 ha duplicado el número de afiliados, hasta superar ampliamente los tres millones de adscritos, lo que supone una tasa media del 19,9%, según la última encuesta del Ministerio de Trabajo.

Esta importante presencia afiliativa se complementa con la audiencia electoral que, según el marco legal regulador de las relaciones laborales en nuestro país, confiere a las elecciones sindicales en los centros de trabajo, la función de determinar la interlocución de los trabajadores y legitimar la representatividad de los sindicatos.

En la actualidad son alrededor de 340.000 los delegados elegidos en las empresas, representando directamente al 52,8% del total de la población asalariada (lo que equivale a más de ocho millones de personas), e indirectamente al conjunto de los trabajadores, conforme al procedimiento legal de irradiación electoral.

Así pues, la intervención del sindicalismo español acredita una legitimidad de origen incuestionablemente democrática, por cuanto son las elecciones las que determinan la representación legal de los trabajadores tanto en las empresas (para la regulación y seguimiento de las relaciones laborales en dicho ámbito), como a nivel sectorial (negociación colectiva) e institucional (diálogo social), lo que amplía considerablemente el área de influencia sindical.

En nuestro país la negociación colectiva es de eficacia erga omnes, lo que implica que la práctica totalidad de los trabajadores tiene reguladas sus condiciones laborales básicas por convenios negociados por los sindicatos representativos, lo que exige, entre otras cosas, una considerable inversión de recursos económicos y humanos: tales como los 26.000 expertos sindicales que intervienen anualmente en la negociación colectiva, los más de 100.000 delegados de salud laboral que se ocupan de la seguridad y prevención de riesgos en las empresas, los 340.000 delegados que asumen la interlocución y defensa cotidiana de los trabajadores dentro y fuera de sus centros, lo que refuerza la legitimidad de ejercicio de la función sindical.

Conviene precisar a este respecto, como réplica a la demagogia antisindical sobre los mal llamados liberados, que según la Encuesta Europea a Empresas de 2009, los recursos de representación a que tienen acceso los delegados sindicales españoles son muy inferiores a los de sus homólogos europeos, tanto en formación ad hoc como en la cantidad y calidad de la información que reciben de sus empresas y, especialmente, en el tiempo disponible para el ejercicio de sus funciones representativas que, en el caso español, es cuatro veces inferior a la media europea.

Consideramos pues que, más allá de insuficiencias concretas y posibles errores, el sindicalismo merece el reconocimiento general por su gestión cotidiana en defensa de los trabajadores y por su contribución institucional a la modernización de nuestras relaciones laborales, especialmente ahora cuando los estragos de la crisis hacen más necesaria que nunca su intervención para la agregación y representación de intereses, la gestión del conflicto y la recuperación del diálogo social, hasta el punto de que si no existieran, habría que inventarlos.

 

Pere J. Beneyto, Ramón Alós, Juan José Castillo, Carlos Prieto, Enric Sanchis, Pere Jódar, Antonio Martín, Fausto Miguélez, Albert Recio y Teresa Torns.

PROFESORES UNIVERSITARIOS

04/07/2010

Published in: on 27/09/2010 at 3:20 PM  Comments (1)  
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Señores gurús mediáticos: Parece ser que el 29-S, en mi barrio, hay una huelga.

cerrado por huelga

No se que dirán las encuestas pero en mi barrio hay ambiente de huelga general. Esta mañana la señora de la pequeña tienda en la que hago parte de la compra diaria me ha comunicado que el miércoles no abre: “Aquí todo el mundo va a cerrar, los de la panadería no van a trabajar y el frutero ya me avisó de que no repartía… así que yo también cierro”. Me explica que la gente está muy cabreada, en casi todas las casas del barrio hay algún parado y donde no hay paro hay “contratos de mierda”, que es su forma de llamar a los contratos precarios.

Después me informa que el Corte Inglés está amenazando con no volver a contratar a quien falte ese día al trabajo, que no sabe muy bien que hará el del comercio de la calle X, parece que es un poco facha; con la del quiosco seguro que no hay ningún problema, a ella también la despidieron hace años con “cuatro perres”…

La conversación acaba con un recado: “Dile a los de tu sindicato que se preocupen un poco más de los autónomos”.

¡Oído Comisiones!

Published in: on 24/09/2010 at 5:57 PM  Comments (1)  
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¿Por qué hay que hacer una huelga?

Se aproxima el 29 de Septiembre y los sindicatos se esfuerzan, nos esforzamos, para explicar las razones por las cuales hay que hacer una huelga general. A la contra juegan la mayoría de los medios de comunicación, cada día menos medios y más empresas de comunicación, que tratan de sembrar la confusión y sobre todo el desánimo entre los ciudadanos: la huelga es inútil, la reforma es inevitable, la huelga es para defender a los sindicatos y no a los trabajadores…

Más allá de la propia Reforma Laboral son muchos los motivos para, haciendo una huelga, gritar ¡ASÍ NO! La Secretaría de la Juventud de CC.OO. de Aragón en este vídeo de 11 minutos explica muy bien que esta huelga hay que hacerla porque tenemos razones, pero también por justicia.

Published in: on 20/09/2010 at 5:49 PM  Comments (2)  
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