En otra entrada de este blog ya he comentado que, al menos en tiempos pasados, la mayoría de los habitantes de Gijón no eran muy amigos de frailes, curas y monjas.
Quizás fuera esa falta de respeto por lo sacro lo que llevara a Evaristo Valle a situar entre los asistentes a la procesión de la Virgen de Los Remedios en Cimadevilla a Vladimir Ilich Ulianov, más conocido como Lenin. Parece ser que Valle había conocido a Lenin durante su estancia en París e incluso había jugado al ajedrez con el líder revolucionario en varias ocasiones.
Por cierto, ¿cuántas ciudades del mundo pueden presumir de contar con pruebas documentales que demuestren que Lenin asistió a una de su procesión? Me temo que ni tan siquiera la República de Parapanda, tan dignamente presidida por Pepe Luís López Bulla, puede hacer gala de tamaño acontecimiento.
NOTA: El cuadro de Evaristo Valle “La procesión”, perteneciente al fondo de Pedro Masavéu, se encuentra en el Museo de Bellas Artes de Asturias.